"Plagas y productos fitosanitarios" impartida por D. Alejandro Gómez López

06/02/2004

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Alejandro Gómez es el Jefe de Jardines del Museo del Bonsái de Alcobendas, donde trabaja desde hace algún tiempo y, tanto por su formación como Ingeniero Agrónomo como por su especialización en el Museo de Alcobendas, es un especialista en aspectos fitosanitarios.
Alex comenzó diciendo que con esta charla pretendía trasmitir unos conocimientos básicos que sirvieran mas para aclarar conceptos que para dar simples recetas para una caso concreto, de forma que los asistentes, en el futuro, pudiéramos aplicar esos conceptos a cualquier caso que se nos pueda plantear.

PLAGAS Y ENFERMEDADES
Lo primero que Alex resaltó fue la diferencia existente entre plaga y enfermedad:
Una plaga es una aparición masiva y repentina de seres vivos de una misma especie, bien sean insectos o incluso pájaros, que pueden causar graves daños a los árboles.
Mientras que una enfermedad es una alteración, más o menos grave, de la salud de los árboles producida por agentes de muy diverso tipo. En principio, los agentes de las enfermedades puede clasificase en dos grupos bien diferenciados; agente bióticos y abióticos.

Los agentes bióticos son aquellos característicos de los seres vivos, mientras que los abióticos son producidos por elementos no vivos (humo, contaminación, etc.).
En todo caso, según nos comentó Alex, cuando un árbol es atacado se por cualquiera de los agentes, se produce en él un debilitamiento que, de forma inmediata, le hace más sensible a otros agentes.
En definitiva la debilidad del árbol le hace más sensible a plagas y enfermedades, por lo que es preferible tomar medidas preventivas, para mantener sano y fuerte al árbol, de forma que sea resiente por sí mismo.
En este sentido se puede decir que los cuidados aplicados pueden ser catalogados como preventivos (cuando se realizan antes de que aparezca la enfermedad o plaga) o curativos (cuando se aplican a posteriori).

Si nos fijamos inicialmente en los cuidados de tipo preventivo se pueden destacar los siguientes:
• Utilizar un sustrato adecuado.
• Regar con una agua neutra (ver Nota 1).
• Limpiar regularmente las malas hierbas y las hojas muertas.
• Desinfectar bien las macetas antes de emplearlas.

PRODUCTOS FITOSANITARIOS
En cuanto a los productos utilizados para realizar los tratamientos lo primero que nos dijo Alex fue la conveniencia de leer detenidamente toda la información suministrada por el fabricante del producto.
En principio, todo producto estará compuesto por cuatro elementos fundamentales:
• Materia activa: que es el elemento que produce el efecto deseado..
• Excipiente: que es una sustancia inerte que se mezcla con la materia activa para darle consistencia, forma, sabor u otras cualidades que faciliten su dosificación y uso.
• Coadyuvante: que contribuye o potenciar la acción de otros agentes (por ejemplo haciendo que la solución final sea líquida)
• Aditivo: que es una sustancia que se agrega a otras para darles cualidades de que carecen o para mejorar las que poseen. (colorantes, repelentes, . . . )
Otras características que deben ser tenidas en cuenta siempre sobre los productos que utilicemos son las siguientes:
• Persistencia: que nos dice el tiempo durante el cual el producto aplicado causará efecto.
• Plazo de seguridad: que nos indica el tiempo que debe transcurrir entre un tratamiento y otro.
• Dosis: que nos informa sobre la cantidad de producto que debe ser empleada (casi siempre como un porcentaje de producto que debe ser diluido en agua). En algunos casos se suele especificar una cierta dosis por Hectárea y, en esos casos, se debe recalcular la dosis teniendo en cuenta que está especificada para ser diluida en mil litros de agua.
En esta fase de la charla se comentó como en muchas ocasiones los productos se venden en grandes cantidades que sólo resultan prácticas para grandes instalaciones y, en esos casos, la mejor solución consiste en realizar una compra para ser compartida por varios aficionados.

CÓCTEL DE PRODUCTOS
A continuación, Alex nos dijo que para reducir trabajo, con frecuencia se suele realizar una aplicación simultanea de varios productos que necesite el árbol, de forma que, de una sola vez, se apliquen todos los tratamientos que sean necesarios.
Cuando se opte por este tipo de mezclas se deben tener en cuenta dos cosas:
• La primer es confirmar que no existen incompatibilidades entre unos y otros (para lo que se debe leer detenidamente toda la información disponible)
• La segunda consiste en que, ¡por supuesto!, cada uno de los productos debe ser mezclado según la proporción que le corresponda.
Según nos indicó Alex, un "cóctel completo" de productos puede ser el siguiente:
• Un insecticida, para matar insectos
• Un funguicida, para eliminar los hongos
• Un mojante, para producir una película que retenga el producto en el árbol durante un tiempo lo suficientemente largo como para que produzca efecto.
• Un abono foliar, para "alimentar" a las hojas.
La elección de unos u otros productos dependerá según el caso y según las necesidades especificas que se presenten en cada momento aunque, ¡Alex volvió a insistir!, garantizando que todos ellos son compatibles y pueden ser aplicados de forma colectiva.

Muchos asistente le preguntamos por marcas y Alex contestó que en principio prefería limitarse a los conceptos y que, tal vez al final de la charla nos podría decir los productos que en este momento están utilizando en el Museo de Alcobendas para el tratamiento de sus bonsáis.
De todas formas insistimos y finalmente le forzamos a darnos una combinación de productos que fueran compatibles y que, en su opinión, fueran eficientes:
• Insecticida : ACTELLIC OIL
• Funguicida: CUPROSAN
• Mojante: VU FILM
• Abono foliar: LYSODINE
Aunque también cito otros insecticidas como: ACTELLIC 50 (muy bueno para pinos), BRAVO 75 y TOPSIN WC (que van muy bien para sabinas y cipreses), o APACHE (especial para araña roja).
Y otros funguicidas, como BENOSAN y KASUMIN.

A LO LARGO DEL TIEMPO
La mayoría de la veces es necesario repetir los tratamientos a lo largo del tiempo y, según nos comentó el ponente, es una buena práctica ir variando los productos empleaos en cada caso para evitar que las plagas y/o enfermedades se hagan resistentes a un único producto.
En algunos casos vale con disponer de dos variedades de un producto e irlas aplicando de forma alternativa.
También nos comentó que, a veces, la aplicación de un producto en un momento puede inducir la aplicación de otro producto diferente (o más específico) una vez trascurrido determinado plazo de tiempo.
Como ejemplo citó que después de aplicar un tratamiento con insecticidas fuertes suele producirse un debilitamiento de la planta que la hace sensible a los ácaros, por lo que, algunos días después de aplicar el insecticida, se debe aplicar un acaricida.

CLASIFICACIÓN DE LOS PRODUCTOS
Según nos comentó Alex los productos aplicables pueden clasificarse atendiendo a diferentes característica. Por ejemplo, si nos fijamos en la forma en que hacen efecto podemos distinguir:
• Tratamientos sistémicos: En los que se persigue que el efecto se produzca sobre la totalidad del árbol al que se le aplica el producto. Este efecto sobre "todo el sistema", normalmente, se logrará a través de la absorción del producto por parte de las raíces y a su distribución a través de la savia.
• Tratamientos penetrantes: En los que el producto sólo penetra en las primeras capas vegetales del árbol, que lo absorben para que produzca su efecto (por ejemplo matar a los insectos que posteriormente coman dichas capas vegetales).
• Tratamientos de acción localizada: Que no suelen penetrar en el "interior" del árbol, limitándose a producir un efecto en la superficie donde son aplicados (por ejemplo matando a todos los insectos "a los que toca").

No existen reglas fijas en cuanto a cual de los tipos de tratamiento es preferible ya que depende de lo que se persiga pero, casi siempre, lo más efectivo en aplicar un tratamiento sistémico.
Los productos también pueden clasificarse por su espectro de acción, que puede ser selectivo (por ejemplo sólo se elimina los ácaros), o general (por ejemplo insecticida de amplio espectro para eliminar todo tipo de insecto). A priori puede decirse que los productos con un espectro selectivo se deben aplicar de forma correctiva, mientras que los de amplio espectro se usan de forma preventiva.
También pueden clasificarse por su modo del empleo y, en este caso, diremos básicamente, son productos para ser pulverizados o espolvoreados.
Alex nos dijo que existen otras mucha clasificaciones posibles, entre la que destacó la clasificación por su composición química, pero a efectos prácticos lo descrito hasta ahora puede ser suficiente para una primera charla introductoria.

APLICACIÓN DE LOS PRODUCTOS
En cuanto a la forma de aplicación, Alex recomendó utilizar siempre unos guantes de látex para evitar riesgos.
Como medida de seguridad no dijo que él, cuando utiliza un producto nuevo, en vez de aplicarlo directamente sobre todo el árbol, suele hacer una prueba sobre una rama de forma que, antes de realizar una utilización masiva, confirma que los efectos no será perjudiciales.
Finalmente hizo referencia a la maquinaria necesaria para aplicar los productos que, como es natural, dependerá mucho de la cantidad de árboles a los que se tenga que aplicar.

En principio distinguió entre pulverizadores, con o sin mochila, y sopladoras. Incluso, en algunos casos, se puede llegar a utilizar una jeringuilla que, cargada con el producto, se dejará inyectada al árbol para que este vaya absorbiendo el tratamiento poco a poco.
Otras veces, por ejemplo para eliminar hongos o incluso para facilitar el enraizamiento, se puede extraer el bonsái de su maceta y sumergirla en un baño con agua y la dosis correspondiente del producto a utilizar, dejando que el efecto se produzca durante uno o dos días.

EL ABONADO
Como ya dijo Alex desde el principio de la charla, el abonado puede ser considerado como un auténtico tratamiento preventivo para asegurar la salud del árbol.
Como es bien sabido los tres elementos fundamentales aportados por el abono son el Nitrógeno (N), el Fósforo (P) y el Potasio (K), cada uno de los cuales tiene una función especial:
• El Nitrógeno (N) forma proteínas y potencia el desarrollo de ramas y hojas.
• El Fósforo (P) es muy útil para el crecimiento de las raíces.
• El Potasio (K) aporta al árbol resistencia a heladas, sequías y enfermedades.
En principio el contenido de los tres elementos en un abono se mide en porcentajes y se suele expresar, por ejemplo, de la siguiente forma: NPK = 9%, 3%, 9% que, en este caso equivaldría a decir que el abono tiene un 9% de Nitrógeno, un 3% de Fósforo y un 9% de Potasio.

En cuanto al calendario de aplicación de los abonos, un programa típico puede ser el siguiente:
• Al empezar la Primavera se puede aplicar un abono alto en Nitrógeno para facilitar el próximo desarrollo del árbol (por ejemplo TURFM PLUS 20,10), dejando de aplicar el abono antes de la floración.
• En Verano se debe realizar una parada y, en Septiembre se puede aplicar un abono alto en Fósforo (por ejemplo GARDEN S.O. 9 4) para que el árbol desarrolle raíz.
• En Otoño se debe aplicar un abono rico Potasio y bajo en Fósforo (por ejemplo BIO GOLD) para preparar al árbol par el próximo invierno.
Pero en algunos casos hay que saltarse la norma, por ejemplo, según nos contó Alex, en el Museo del Bonsái de Alcobendas tuvieron problemas con unos pino el año pasado que, al final del Otoño se encontraban muy débiles, en ese caso, para intentar que los árboles se recuperaran aplicaron el abono RIZOSTART ESTIMUL R (que tiene un 13% de Nitrógeno) en pleno invierno.
Otro información muy interesante y práctica dada por Alex es la existencia de un marca de abono (denominada NUTRICHEN) que prepara un abono con cualquier NPK que se desee, de forma que se puede conseguir una aportación específica para cada uno de estos tres componentes.
Finalmente Alex nos recordó que nunca debe aplicarse abono a un árbol recién recuperado, aunque ese era precisamente el siguiente, y último, tema a tratar en la charla.

TRATAMIENTO DE ÁRBOLES RECUPERADOS
Los árboles recién recuperados pasan por una época muy delicada y deben ser tratados convenientemente para facilitar su adaptación a su nuevo medio.

En principio, Alex no hizo las siguientes recomendaciones:
• Utilizar un sustrato apropiado para la especie recuperada.
• No abonar hasta que el árbol esté bien asentado.
• Aplicar en la copa un antitranspirante (por ejemplo VOPORGAR) para evitar que el árbol se seque.
• Aplicar hormonas de enraizameinto (por ejemplo SUBERONE).
• Utilizar algún bio-estimulante (como, por ejemplo ERGOSTIM)
En ese momento alguien pregunto por el producto SUPER THRIVE, y Alex contestó que, en su opinión, este producto no realiza ninguna aportación especial.
Y con esta, y alguna que otra respuesta, una proyección de diapositivas y un fuerte aplauso terminó la interesante charla dada por Alejandro Gómez López.

PH DEL SUELO
Aclaración del PH por Manuel Muñoz
Nota 1 : PH DEL SUELO, SUSTRATOS Y AGUAS
El pH es un característica muy importante que tienen todas las tierras, los sustratos para macetas, las jardineras y las aguas de riego.
El pH se expresa con un número y puede estar comprendido entre 1 y 14, pero en el 99% de los casos estará entre 3 y 9.
Se dice que:
• Un suelo ÁCIDO es aquel que tiene un pH menor de 7.
• Un suelo NEUTRO es aquel que tiene un pH igual a 7.
• Un suelo BÁSICO o ALCALINO es aquel que tiene un pH mayor de 7.
Por tanto, si decimos: "Este suelo tiene un pH 5,7"; significa que estamos hablando de un suelo ácido. Y si decimos "Este árbol requiere un suelo con un pH 8,2"; significa que para cultivarle se debe utilizar un suelo alcalino.
El pH neutro, estrictamente hablando, es aquel cuyo valor es exactamente 7, aunque normalmente se considera neutro si su valor está comprendido entre 6,5 y 7,5 y, en general, el suelo neutro es el más adecuado para la mayoría de las plantas, aunque algunas plantas, a las que se denomina acidófilas prefieren pH menores y otras, denominadas calcícolas, prefieren pH mayores.










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