"Bonsáis en Vietnam"

02/09/2002

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Un socio del Club Bonsái Madrid acaba de regresar de un viaje a Vietnam y, según nos cuenta, se ha encontrado con una agradable sorpresa, ya que la afición al mundo del bonsái está mucho más extendida en ese país de lo que él suponía a priori.

En el siguiente texto podemos ver un resumen de sus impresiones y, al final del mismo, un breve reportaje fotográfico en el que nos muestra lo que más le llamó la atención:

Vietnam es el país del equilibrio. El equilibro se ve, cuando se observa el movimiento de la gente; y se siente, cuando se presta atención a su forma de comportarse: un vietnamita nunca se altera, ni demuestra enfado o superioridad ni, en definitiva, pierde lo que ellos mismos llaman "la presencia", o lo que es similar, la buena educación.

Este equilibrio también se hace explícito en la gran afición al bonsái del pueblo vietnamita. Sin duda es incuestionable que otros pueblos asiáticos tienen mayor prestigio "bosaistico". Por ejemplo China tiene una producción industrial infinitamente superior a Vietnam, o Japón produce ejemplares infinitamente mejores, tanto desde el punto de vista técnico como económico.

Pero en Vietnam el bonsái está más en la calle que en ningún otro país asiático, incluidos los dos anteriores. Durante los quince días que estuve en Vietnam, ni uno sólo dejé de ver innumerables bonsáis en las terrazas, a la puerta de las casas, en los restaurantes, en tiendas de todo tipo, incluso en las barcas de los mercados flotantes. ¡Todo el mundo tiene bonsáis!.

Probablemente no sean ejemplares perfectos, pero desde luego el cultivo de bonsáis es una afición muy extendida a lo largo de todo el país. Observando los ejemplares "populares" se puede apreciar la puesta en práctica de una máxima filosófica budista muy practicada en Vietnam: "Si no lo puedes mejorar, al menos no lo empeores".

La ubicación geográfica de Vietnam en plena península de Indochina, justo entre el Ecuador y el Trópico de Cáncer, hace que este país se vea sometido al ciclo de los monzones: clima suave y seco entre octubre y marzo; y cálido y húmedo entre abril y octubre. En todo caso cabe destaca que la temperatura media anual no está muy lejos de los 27º C en el sur del país y de los 21º C en el norte.

Así que las variedades de árboles cultivados como bonsái son casi siempre tropicales. En realidad se trata de una representación de las especies que lograron sobrevivir al genocidio ecológico practicado por los norteamericanos cuando, en plena guerra norteamericano-vietnamita, utilizaron masivamente agentes químicos defoliantes para, posteriormente, poder masacrar al pueblo vietnamita que ya no tenía donde esconderse.

Me sorprendió mucho ver como las mejores colecciones se encuentran siempre en los monasterios budistas. En la práctica totalidad de los templos que visité a lo largo de todo el país encontré excelentes ejemplares cultivados por los propios monjes y cuando preguntaba por la posibilidad de adquirir alguno de ellos indefectiblemente me encontraba con la misma respuesta: "No están a la venta".

Normalmente los vietnamitas tienden a comprar ejemplares ya trabajados en cualquiera de lo innumerables viveros especializados y, aunque se trate de un producto muy caro y de un pueblo muy pobre, siempre hay un pequeño presupuesto en cada familia de clase media para mantener su pequeña colección.

Claro que en el caso de grandes aficionados la cantidad de dinero invertida puede llega a ser considerable. En la ciudad de Hué, antigua capital imperial en la que reinaron los últimos trece emperadores de la dinastía Nguyen, estuve cenando en un restaurante local. Se trataba de uno de los restaurantes de mayor prestigio de la ciudad y tuve ocasión de charlar con el dueño, que era un gran aficionado.

La decoración del restaurante estaba basada en diferentes motivos relacionados con el mundo del bonsái y en el patio de entrada pude disfrutar de una excelente colección que, según me dijo su propietario, acababa de adquirir completa. Como por aquel entonces ya había comprobado que a los vietnamitas les gusta hacer preguntas directas sobre asuntos personales, como ¿cuantos hijos tienes? o ¿cuanto dinero ganas?, no tuve ningún reparo en preguntarle directamente cuanto dinero le había costado la colección.

Me respondió que 250 millones de Dongs que, aproximadamente equivalen a unos 16.750 euros. Ya sé que esta cantidad puede parecer ridícula para una colección tan excelente como la que allí había, pero si tenemos en cuenta que una vivienda más que decente en esa ciudad tiene un precio aproximado de cinco millones de Dongs, podemos darnos cuenta del alto valor que se le concede al bonsái en Vietnam.

En las fotografías que se reproducen a continuación he seleccionado algunas imágenes que demuestran la gran afición que existe en Vietnam por el cultivo de bonsáis de todo tipo y, especia,mente, por el cultivo de bonsáis de gran tamaño.











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