Los fungicidas vegetales son esenciales en la resistencia de las plantas

21/12/2005


Investigador del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas, es profesor del Dpt. de Biotecnología de la Politécnica de Madrid

Las plantas en su entorno natural están expuestas a una gran cantidad de patógenos. Se estima que las perdidas producidas en las cosechas por los daños y enfermedades causadas por ellos representan entre un 11% y 15% de la producción mundial. A pesar del elevado número de patógenos, sólo unos pocos son capaces de causar enfermedad en una determinada especie vegetal. Si no puede infectarla, significa que ésta es resistente.

Este tipo de defensa duradera de las plantas se denomina resistencia de no huésped. Responsable de controlar el ataque de la mayoría de los patógenos, no se había estudiado en detalle ya que se estimaba que dependía de mecanismos de defensa pasivos como la presencia de la pared celular.

Pero las plantas también disponen de mecanismos de defensa activos, similares al sistema de inmunidad innata, no mediado por anticuerpos, de los animales. Se han identificado una serie de proteínas de las superficies celulares que actúan como los sensores/receptores de moléculas específicas producidas por los diferentes tipos de patógenos. Cuando los receptores detectan estas moléculas producen una respuesta de defensa activa. Estudios realizados en la Arabidopsis thaliana han identificado los genes PEN (penetración) y demostrado que, en contra de lo que se creía, existe una participación activa de la planta en la resistencia de no huésped. Se ha constatado que la pérdida de función de PEN2 y PEN3 hace que las plantas sean más susceptibles a oidios de cereales, que normalmente no infectan a la Arabidopsis thaliana, y también a otros patógenos que causan graves daños en las cosechas, como el mildiu de la patata o determinados hongos necrotrofos. Por lo tanto, PEN2 y PEN3 son componentes básicos del sistema de inmunidad innata de las plantas.

Si PEN2 y PEN3 no son funcionales, la planta no está completamente indefensa frente al ataque de hongos. Todavía hay otra línea de defensa que los patógenos tienen que superar. La planta toma entonces una decisión drástica: la célula vegetal infectada muere junto con su atacante, lo que protege el tejido colindante de la infección. Por lo tanto, el sistema de defensa del no huésped consta de barreras sucesivas que el patógeno debe superar y que determinan, en último término, si una planta es susceptible o resistente. Este sistema de escalones de defensa determina que la resistencia sea duradera y muy difícil de ser superada por los patógenos.

Los productos de PEN2 y PEN3 están posiblemente implicados en la activación y transporte de compuestos fungicidas producidos por la planta en el sitio de infección, que inhiben el crecimiento del hongo. En posteriores estudios se espera caracterizar estos compuestos lo que llevaría al desarrollo de una nueva clase de fungicidas verdes o naturales con un amplio espectro de acción frente a enfermedades


Nota: Elmundo.es



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